Muchos de nosotros habíamos comenzado a explorar desde antes de la pandemia de COVID-19 las posibilidades que abrieron las nuevas tecnologías. Las listas de mail ya eran una herramienta de rutina en muchos cursos desde hacía años, incluso hasta estaban cayendo en desuso. También era frecuente compartir los contenidos de las clases, como apuntes, presentaciones, links a lecturas recomendadas, a través de una página web o alguna otra plataforma virtual. Algunos hasta habíamos probado filmar algún video para YouTube. Pero si en ese momento nos hubieran preguntado si considerábamos que el futuro de la educación pasaba por ahí, la respuesta mayoritaria habría sido no. Compartimos nuestra visión en esta nota de opinión.
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